Estas entradas me las saqué del magín un día y en verdad que aparecieron vocablos curiosos. De haber continuado, hoy estaría en la RAE como poco. Bien mirado, tampoco merecería la pena, ahora que entran tantos indocumentados y pitoflautas que escriben noveluchas de tres al cuarto y se han muerto los sabios de verdad. En otros tiempos, me hubiese pedido el último taburete de libre oyente sin letra junto a la puerta, para así escuchar al ilustre senado consulto. A ver si se me pegaba algo.